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domingo, 24 de julio de 2016

EDITORIAL

El Bolsón (ANPP).-Editorial de la Agencia de Noticias Prensa del Pueblo:
Esta semana nuestra comarca se vio sacudida por hechos de violencia. No, no estamos hablando de la acusación sin prueba alguna al movimiento mapuche en su conjunto, ni de la violencia que sufren quienes han quedado sin trabajo digno. Tampoco hablamos de la violencia de no poder amamantar en público, menos aún ni la de que nos suban los servicios públicos indispensables “sólo” un 400%. No. Tampoco hablamos de que continúan pasando años y nadie logró sacar el nombre de un genocida como Roca de una calle céntrica, aunque sea responsable del asesinato de miles de familiares de quienes aún pueblan estos territorios. No. Tampoco estamos hablando de las leyes y decretos que habilitan el saqueo de nuestras tierras por parte de extranjeros, mientras  aún nos pesan los muertos en Malvinas por el desquicio de la última dictadura. No. Tampoco del hecho que se haya invitado al rey de España al bicentenario de la independencia. No estamos hablando de que el precio del aceite pase de 22 a 90 pesos en un mes, mientras nuestros salarios no aumentan nada. Tampoco de que se realice una fiesta del invierno en un edificio construido, por quien aún no ha explicado a la justicia, a dónde fue a parar tanto dinero público. No, no hablamos de “esos” hechos violentos, que ejercen todo tipo de violencia simbólica, directa, indirecta y sobretodo institucional. Estamos hablamos de la dudosa quema de dos máquinas que trabajaban para una obra eléctrica sobre la cual también siguen pesando dudas jurídicas. Obra que ha generado una división entre vecinos y vecinas. 
Cualquiera diría que salir a llamar terroristas o a hacer pie sólo en este y no en todos los demás hechos violentos es por lo menos parcial, injusto, y de un posicionamiento político antipopular. Es que tal vez sean muchos años de educación en un sentido que fue marcado por asesinos, apátridas y entregadores cipayos.
El intendente Pogliano pidió la intervención de “todas las fuerzas de seguridad provinciales y nacionales, para reforzar la protección a los vecinos y ciudadanos civilizados que han elegido esta tierra para vivir en paz” (http://www.lavoz.com.ar/sucesos/queman-maquinas-del-magnate-joe-lewis-en-un-atentado-reivindicado-por-agrupacion-mapuche).
Pero, por qué sorprendernos de quién ha sido un “buen alumno” y por tanto se le premia con la función pública. Es lo que se pretendió siempre en nuestro joven país… ¿Siempre? No, no fue siempre así. Fue a partir de la llamada “Generación del 80” de la que Sarmiento, Mitre, Roca, fueron algunos de los referentes. ¿Qué pensaban y trataban de imponer estos políticos que fueron gobierno de nuestro país?
¿Qué proyecto de país nos dejaron?


“(…) ¿Lograremos exterminar a los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quiénes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado. (…)” (Sarmiento en Diario El Progreso del 27 de septiembre de 1844).

Será por eso tal vez que no nos sorprende el recorte estrecho y fuertemente mal intencionado de un intendente. Tampoco ha de sorprendernos que vea como progreso lo que un magnate, sea inglés o italiano nos ofrezca. ¿De qué “civilización” habla, Señor Intendente? ¿Es capaz de explicar públicamente por qué relaciona hechos violentos con pueblos que llevan doscientos años siendo violentados, sin que a Usted se le haya visto ni oído ningún repudio público contra los opresores? 
Después de la quema de las máquinas, la empresa Lago Escondido dice sentirse violentada, perseguida, discriminada; enfatizando la legalidad en sus acciones y el respeto de la constitucionalidad. Una buena jugada para hacerse pasar por víctimas, cuando son ellos los que nos impiden llegar al lago. Las quemas de centros comunitarios, radios y bosques, lamentablemente bastante comunes en la comarca; nunca desataron tanta rapidez en las acciones institucionales y judiciales, como esta pequeña afectación al capital a Lago Escondido.  
Está claro que pedir explicaciones a la burguesía de nuestra localidad después de tantos años de “educación civilizatoria”, no es más que un ridículo, pero sufrimos alguna o todas las violencias planteadas al principio, deberíamos poder sacamos de encima la manera de ver y analizar la realidad que nos han impuesto, por medio de la educación y los medios masivos de comunicación. Tenemos que dejar de mirar con los ojos del opresor. Somos parte de una gran mayoría frente a un pequeño grupo de ricos y sus  entreguistas . Y entonces ahí, todos podríamos hacer algo, desde cada lugar que nos encontremos. Trasformando, la educación, la política, la justicia, la relación humana y con el medio que nos rodea. Participando, opinando, construyendo en conjunto con otros y otras. Analizando críticamente los discursos y “verdades” que el poder local nos quiere imponer, y no siendo un mero repetidor del discurso hegemónico. Ese es el desafío, es posible y necesario.