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domingo, 4 de junio de 2017

MOVIMIENTOS DE MUJERES: UNA NUEVA RACIONALIDAD POLÍTICA

3 de Junio (RNMA).- El movimiento de mujeres llegó para quedarse: la masividad sostenida en el tiempo y la radicalidad son características claves para pensar el proceso que va tomando un carácter internacional. Verónica Gago, integrante del colectivo Ni Una Menos dialogó con Enredando Las Mañanas e hizo un balance sobre la irrupción del debate en la agenda pública a 3 años de la primer marcha masiva el 3 de junio de 2015.
FOTO VERO GAGO
La masividad es clave para pensar el movimiento Ni Una Menos y para pensar la articulación internacional que se construyó en este tiempo, dice Verónica. “Se va componiendo un calendario del propio movimiento a escala internacional que constata que la cuestión de la masividad llegó para quedarse: hablamos de acontecimientos, de irrupciones callejeras, pero para que se sostenga esa masividad entre uno y otro acontecimiento o movilización es porque hay procesos que se siguen sosteniendo, es decir no hay sólo una política del acontecimiento, las irrupciones son sostenidas por procesos políticos. Eso le da una densidad especial”
Gago resaltó la responsabilidad del Estado como cómplice y partícipe de la violencia ejercida hacia las mujeres, como aspecto fuerte dentro de los reclamos del Ni Una Menos: “La responsabilidad del Estado es fundamental en ver cómo hay un abandono por un lado a nivel de presupuestos, de programas de ayuda, hay una desresponsabilización de ciertas tareas y provisión de recursos, por lo cual el Estado es responsable, pero también hay un punto fundamental que es la intervención de las fuerzas de seguridad en muchos de los femicidios por un lado y por otro la desatención de esas fuerzas en las comisarías cuando las mujeres van a denunciar, o se ríen, o no toman las denuncias o son violentadas o maltratadas por hacer la denuncia. Hay múltiples niveles en los que el Estado es responsable de la proliferación de las múltiples violencias”.

Cuando queremos decir no y no podemos
El endeudamiento (a nivel personal y Estatal) es otro eje que se viene trabajando desde el movimiento de mujeres, las formas en que las deudas nos impide decir no cuando queremos decir que no: “Es pensar el tipo de restricción de nuestras autonomías materiales y económicas para salir de situaciones de violencia, de ahí el endeudamiento y la forma de complicidad del Estado con el ajuste, con las formas de flexibilización y de precarización y con los compromisos del endeudamiento a futuro que está tomando el Estado.”

La dimensión internacional
En la clave de la dimensión internacional: ¿en qué medida en esta coyuntura de retroceso de las luchas en la región, el movimiento de mujeres puede imprimir una nueva temporalidad, una agenda propia y ser el articulador de las resistencias en el caso de Latinoamérica?
“Hay una manera de pensar el ciclo latinoamericano que está muy centrado en la cuestión de los gobiernos, desde un punto de vista Estado-céntrico, y los avances y retrocesos del continente están solamente medidos o cuantificados por la dimensión de las derrotas o victorias electorales. Y por lo que venimos conversando el movimiento de mujeres y el tipo de agenda que está planteando en términos de masividad y radicalidad que no siempre van juntos, es un punto a prestar atención, esa combinación pone otro calendario político, otra racionalidad política en juego. Puntos como la cuestión de la responsabilidad del Estado y de la violencia de las finanzas en el cuerpo y vida de las mujeres, es algo que se viene discutiendo en luchas de hace muchos años, como el mapa contra el neo-extractivismo en la región, que claramente los gobiernos llamados progresistas han bloqueado como forma de politización del último periodo, y con el movimiento de mujeres estas luchas están tomando una dimensión y una capacidad de articulación y de composición de agenda a nivel regional que es muy interesante.
Hay una posibilidad de empezar a conectar lo que son realidades que muchas veces se quieren separar. Hay un tipo de tejido de los conflictos en común y como con lenguajes diversos pensando a nivel programático”.