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domingo, 29 de mayo de 2016

EDITORIAL: SI UNO CAE, DIEZ SE LEVANTARÁN


Si uno cae, diez se levantarán.

    Los hechos ocurridos estos últimos días en el Pu Lof en Resistencia Cushamen, territorio recuperado en la zona de Vuelta del Río, Leleque; dan cuenta de un proceso histórico de sometimiento a la Nación  Mapuche por parte de los estados de Chile y Argentina, en complicidad con el capital extranjero. Pero igualmente desde hace alrededor de 30 años son cada vez más las recuperaciones de tierra a lo largo de araucanía, pampa y  patagonia, tanto del lado que hoy llamamos  Argentina, como del lado de Chile. Antes de la invasión al País Mapuche por parte de los ejércitos de estos insipientes estados, las poblaciones ocupaban tierras productivas a ambos lados de la cordillera, conformando pu lof y comunidades con identidades territoriales diversas.  En la dinámica de la época, los vínculos entre todas estas parcialidades eran muy fuertes y los movimientos a ambos lados de la cordillera también, había  pasos cordilleranos, que vinculaban a las poblaciones entre los actuales territorios de Argentina y Chile, sin papeles, sin fronteras.
    Existía y aún existe una unidad cultural donde se comparten identidades, lengua y cosmovisión. A su vez, la  noción de Wajmapu concepto en lengua mapuche, nos habla de la  auto-percepción del territorio y  las implicancias que este concepto tienen dentro de la cosmovisión mapuche;  miradas muy diferentes a las que tiene el Estado Argentino. El Wajmapu, es una forma de control político-territorial en la cual pueden convivir diferentes parcialidades, es una noción de territorio móvil, dinámico y discontinuo. Entonces, se diferencia claramente de la forma estatal, donde la matriz territorial y la autonomía política son detentadas por el Estado. Los Mapuche no son ni chilenos, ni argentinos, son una nación autónoma;  preexistente a estos estados que, intentó ser aniquilada en las campañas militares mal llamadas de “La Pacificación de la Araucanía” en Chile y “Campaña del Desierto” aquí.
    Desde 1879 a 2016 el panorama no ha cambiado demasiado, el territorio sigue siendo codiciado por el Capital, que utiliza como suyos los instrumentos estatales para lograr sus objetivos, sean éstos políticos, jurídicos y/o administrativos.
    Benetton obtuvo estas tierras de la Compañía de Tierras Sud Argentino S.A, que antes se llamaba The Argentinian Southern Land Company Ltd,  heredándolas como pago del préstamo al Gobierno para financiar las campañas militares, las cuales  buscaban expandir la frontera Argentina hacia el territorio indígena.
    Entre las Estancias El Maiten y Leleque  en la provincia de Chubut,  Benetton posee más de 300 mil hectáreas y en toda Argentina tiene más de 900 mil. Tanto ayer como hoy los intereses siguen siendo los mismos y el Estado Argentino responde de la misma manera: de forma servil al capital extranjero, utilizando a las fuerzas policiales (la mayoría de ellos miembros de comunidades indígenas) como fuerza de choque para desalojar a su misma gente. Este mecanismo cruento y perverso no tiene justificación alguna.
    El brutal operativo desplegado, donde se  realizo un violento allanamiento al Lof en resistencia Cushamen, con la detención de varios de sus miembros, muestra cómo nuevamente el Estado Argentino opera con desprecio por los pueblos originarios que reclaman sus derechos sobre tierras usurpadas.
    Nuevamente, como en la época de Roca,  los medios masivos de comunicación desinforman a la población repitiendo frases con fuerte contenido racista y xenófobo, justificando el accionar policial,  juzgando a los miembros de comunidades indígenas por el apellido, color de piel, nacionalidad, etc; Sin más elementos que el escaso sentido común y el desconocimiento y la ignorancia atroz en el que este Estado ha construido la historia oficial que muchos se esmeran en repetir.
    Las capuchas en los rostros de las fuerzas represivas son toleradas sin ningún cuestionamiento, avalando la impunidad con la que golpean a mujeres y niños en donde la desproporción de la fuerza, no provoca más que indignación y una férrea oposición a la política gubernamental, que mientras se saca fotos con restos de originarios recuperados en un Museo, no tolera a los vivos, nietos y herederos de aquellos; quienes el Perito Moreno llevó al Museo para exhibirlos en verdaderos zoológicos humanos.
    Los estados quieren a los pueblos originarios de rodillas, evangelizados y humillados; mientras que a los que reclaman por el territorio se los criminaliza y se los acusa de terroristas. Sin embargo los gobiernos entregan nuestra tierra para la explotación y el saqueo a mineras, petroleras y particulares que sólo ven allí dinero.
    Pero frente a todo esto, se levanta la digna y justa resistencia de los pueblos originarios en la lucha por justicia, territorio y autodeterminación. Avanzan las recuperaciones de tierra, de identidades y de solidaridad entre oprimidos. Por eso hoy están nuevamente en sus  tierras ancestrales.
    Por cada uno que caiga, diez se levantarán. MARICHIWEU! MARICHIWEU!