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jueves, 3 de enero de 2013

ENTRE RÍOS EN DEFENSA DEL MAÍZ Y DE LA VIDA


Paraná, 31 de diciembre de 2012 (AIM).- Agrupaciones sociales y vecinos independientes de Entre Ríos firmaron un documento que llama a declarar al maíz “semilla venerable e inviolable” de Abya Yala (América) y el planeta, y a considerar delito de lesa humanidad la manipulación genética de esta gramínea con cuna en este continente, se informó a AIM.

Llaman a declarar al maíz “semilla venerable e inviolable” de Abya Yala.
La severa Declaración se basa en principios precautorios para advertir los riesgos de  la tecnología de punta y el sistema agrícola a escala, que pueden provocar estragos en la biodiversidad y en la especie humana en particular.
El documento sostiene que los inventores de semillas transgénicas no tienen derecho a usar el nombre de la semilla natural, es decir: pide que se les prohíba usar el sustantivo “maíz” para denominar organismos modificados, con el fin de evitar confusiones.
Insiste en que la manipulación genética y el cultivo con agrotóxicos están poniendo en riesgo la salud de vegetales y animales, entre ellos la especie humana, y llama a crear en la región litoral un reservorio libre de organismos genéticamente modificados –OGM-.
La Declaración dada a conocer hoy lleva al pie numerosas firmas, algunas de estudiosos de conocida trayectoria en el medio, y miembros de centros de estudios, gremios de trabajadores, programas de extensión universitaria y organizaciones ecologistas. La avalan estudiantes, obreros, gremialistas, docentes, economistas, escritores, ecologistas, periodistas, artistas, investigadores, cooperativistas, profesionales de diversos rubros, y militantes sociales y culturales de la región litoral.
Bajo el título “Declaración en defensa del maíz y la vida”, los firmantes se muestran confiados en que el avance de la conciencia sobre los derechos ligados al maíz “servirá de tracción para la liberación de todas las semillas y para la soberanía alimentaria”.
Dicen que el texto será difundido en universidades, organizaciones ambientales, legislaturas e instituciones diversas, y tomado como base para los estudios y debates en torno de los transgénicos, las patentes sobre las semillas, la producción con agroquímicos a escala y la relación del hombre con la tierra y la biodiversidad.
Los impulsores
La Declaración fue firmada por miembros del centro de estudios Junta Americana por los Pueblos Libres –Japl-, la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos –Agmer- Seccionales Paraná y Federación, el Programa de Extensión “Por una Nueva Economía, Humana y Sustentable” (cátedras de Economía y Periodismo Económico) de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Uner, el Foro Artiguista Entrerriano, el Foro Ambiental Waj Mapu, el Grupo de Reflexión Ambiental Mingaché y personas particulares.
Fuertemente anticapitalista, el documento ataca, sin nombrarla, a la empresa Monsanto, principal beneficiaria del sistema de patentes, transgénicos y uso de herbicidas e insecticidas a escala continental, y a otras similares que acaparan el negocio de venta de semillas (como Cargill), patentes, sustancias químicas e impulsan el sistema de producción mediante pooles especulativos.
El texto llama a “reconocer el derecho de los pueblos a defenderse contra la codicia que está acelerando el camino a la destrucción de los alimentos y la vida”.
Fechada en Entre Ríos, en enero de 2013, la Declaración tiene veinte puntos y una extensa fundamentación posterior, y lleva este acápite: “a 180 años de la usurpación británica/europea de las Islas Malvinas del Abya Yala, y a 200 años de las Instrucciones artiguistas del año XIII”.
Los primeros cinco puntos dicen textualmente: “1-Declarar al maíz (Zea mays) semilla venerable e inviolable de Abya Yala y el planeta, alimento sustancial de la especie humana”.
“2-Desconocer toda patente privada o propiedad intelectual sobre la semilla o la planta del maíz. 3-Luchar contra toda norma o proyecto que condicione la libertad individual, familiar y colectiva en la siembra del maíz, que ponga en riesgo sus extraordinarias condiciones alimenticias o atente contra las variedades. 4-Impugnar el uso de granos de maíz para combustibles e impulsar todas las acciones tendientes a facilitar el cultivo del maíz en forma sustentable y el uso de sus derivados en la lucha contra el hambre”.
“5-Exigir a las autoridades nacionales, provinciales y locales que las personas, empresas o estados que hayan producido mutaciones genéticas en el maíz sean impedidos de usar la palabra maíz o cualquier otro nombre vulgar del maíz en sus variedades y estados. Esto, hasta tanto los transgénicos sean erradicados de nuestros territorios”.