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sábado, 5 de febrero de 2011

DOS CHICOS ASESINADOS POR LA POLICÍA EN JOSÉ LEÓN SUAREZ

(CORREPI).- Al atardecer del día jueves, muchos vecinos de los barrios pobres de José León Suárez escracharon la comisaría 4ª, en repudio de la represión que causó el asesinato de dos chicos, varios heridos de armas de fuego y al menos una decena de detenidos.
Los hechos se produjeron tras una supuesta denuncia de robo a un tren descarrilado, cuando la policía llegó a las inmediaciones del barrio “La Cárcova” y se enfrentó a los tiros con la gente del lugar.
Allí mataron a Franco Almirón, de 16 años, y causaron varios heridos más que fueron hospitalizados. Luego llegó la noticia de otro muerto en el hospital Belgrano de San Martín.
Como si dos pibes muertos por la policía no fueran suficientes, la represión continuó cuando muchas familias manifestaron su bronca en las inmediaciones de la comisaría. Allí se produjeron enfrentamientos y razzias que ocasionaron decenas de detenidos, en su mayoría, chicos de menos de 18 años.
Los medios justifican la represión y las muertes por el supuesto “intento de robo”, como si ésa fuera razón suficiente para disparar y matar. Un mero llamado al 911 y la presencia de jóvenes de los barrios pobres del conurbano alcanzan para que sean sospechados de robar y su destino es que la policía los detenga o los mate.
La respuesta inmediata del gobierno ante esta situación es la intervención de la gendarmería en el lugar para garantizar mayor control, es decir profundizar la represión saturando de fuerzas el lugar.
Así, en la permanente custodia de la propiedad privada, se suman dos muertos más al archivo de casos de gatillo fácil.
BASTA DE GATILLO FACIL Y DE REPRESIÓN
LIBERACIÓN YA DE TODOS LOS DETENIDOS
CORREPI
Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional

GATILLO FÁCIL Y FUERZAS DE (IN)SEGURIDAD

El Bolsón (ANPP).- Más casos de gatillo fácil (o "pena de muerte extrajudicial aplicada por verdugos de uniforme", como es llamada por organismos de Derechos Humanos), esta vez en José León Suarez. Las (mal) llamadas fuerzas de seguridad continúan abusando, reprimiendo y matando a los nuestros, a los oprimidos por este sistema. A continuación, reproducimos una nota publicada en Prensa de Frente, titulada "A dos años de la desaparición de Luciano. Gatillo fácil y algunos ejemplos argentinos".

Por Juan Mascaró.- La desaparición de Luciano Arruga hace casi 2 años en Lomas del Mirador (La Matanza) o los jóvenes muertos en Bariloche son casos conocidos de una lista interminable. "Gatillo fácil" es el nombre utilizado comúnmente para indicar un hecho de utilización abusiva de armas de fuego por la policía, generalmente presentado por el autor como una acción accidental o de legítima defensa. Es una práctica común de las fuerzas de seguridad. Esta "pena de muerte extra-legal" implica el fusilamiento y el encubrimiento. A continuación algunos casos que se dieron en Argentina.

Policías de todos los rangos, jueces, abogados, testigos, peritos, participan amparando esta forma de control social que se cobra la vida, en su mayoría, jóvenes empobrecidos de entre 15 y 25 años, con complicidades que incluyen la "plantación" de armas, lavado de cadáveres y la culpabilización del muerto a quién inmediatamente se lo califica como "un delincuente de frondoso prontuario". A las familias, la justicia casi siempre les ofrece el camino más largo posible.

Un poco de historia

En la década del ´70 las fuerzas policiales de Argentina participaron activamente en la represión de la sociedad civil. El comisario Alberto Villar, jefe de la Policía Federal, fue unos de los creadores de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Ya en 1968, el escritor y periodista, Rodolfo J. Walsh había calificado a la policía de la Provincia de Buenos Aires como "la secta del gatillo y la picana". Mientras tuvieron vigencia los edictos la policía realizaba 413 detenciones por día, cerca de la mitad por "averiguación de antecedentes". Las víctimas de estos procedimientos eran en su mayoría jóvenes, pobres, inmigrantes limítrofes. Según un documento de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) entre 1983 y 1997 se registraron aproximadamente 400 víctimas de la brutalidad policíaca. Además existen numerosos casos de jóvenes desaparecidos en democracia. Pablo Cristián Guardatti, Adolfo Garrido y Raúl Garrido: desaparecidos por policías de Mendoza. Miguel Bru, Luciano Arruga y Andrés Núñez: detenidos y desaparecidos por policías de la Pcia. de Buenos Aires.

Medios y policía

Marchas y reclamos contra la “inseguridad”, por (más) mano dura y pena de muerte son una constante en noticieros televisivos. El programa “Policías en Acción” que emite Canal 13, constituye sin dudas un eficaz intento de “limpiar” la imagen de la policía, colocando la cámara junto al cotidiano de los uniformados, destacando sus aspectos mas “humanizados” y subrayando los elementos anecdóticos y “simpáticos”, fijando un punto de vista, forjando una subjetividad y una identificación del espectador con ellos, y presentando a los sectores pobres como un potencial peligro ante lo cual la policía “hace lo que puede” y “bastante paciencia tiene”. En una ocasión, un día antes de una de las tantas “agrupaciones espontáneas de vecinos por la seguridad” promocionadas hasta el hartazgo, se emitió un capitulo de excepción con el sugestivo nombre de “Especial de Menores”. Escasean enfoques que se propongan develar la compleja trama a partir de la cual determinados sectores sociales son colocados en los márgenes del sistema y se constituyen como potenciales peligros hacia un centro de la sociedad (la clase media urbana).

Casos (información de CORREPI)

Miguel Bru, secuestrado, torturado, asesinado y desaparecido por policías de la Comisaría Novena de La Plata el 17/8/93. En 1999 los ex policías Walter Abrigo y Justo López fueron condenados por las torturas, el crimen y desaparición de Miguel Bru. El ex comisario Juan Domingo Ojeda fue condenado a dos años, pero recuperó su libertad con sólo ocho meses de prisión. La Asociación Miguel Bru continúa exigiendo el procesamiento de los y las policías que estaban en servicio en la Comisaría 9° la noche del 17 de agosto de 1993. La búsqueda esta a cargo de un grupo de arqueólogos y antropólogos del Conicet y del Museo de Cs. Naturales de La Plata.

Rodrigo Corso de 27 años, fue muerto por un balazo disparado por el oficial inspector Cristián Solanas, el 28 de agosto del 2003. Alrededor de las 2:30 un patrullero, donde se encontraba el inspector Cristián Solanas y el sargento Ariel Núñez, comenzó a seguir, por el acceso al puente Santa Rosa de Villa Teseo, Hurlingham; el auto de Rodrigo Corso por realizar una “maniobra sospechosa”. El inspector, sin mediar ninguna señal, disparó dos veces contra el auto, una de las balas atravesó el baúl, los asientos y el corazón de Rodrigo, quien murió en segundos. Durante el juicio se demostró que Rodrigo no poseía ningún arma y que las cuatro ventanillas de su auto estaban cerradas. El 22 de febrero el oficial inspector Cristian Solanas fue condenado a 16 años de prisión.

Sonia Colman, asesinada por el gatillo fácil del Oficial Oscar Benítez. El 23 -12 -2007, tres patrulleros perseguían en Del Viso a dos jóvenes desarmados que habían robado una billetera. El teniente 1º Oscar Benítez disparó su Ithaka en una esquina céntrica, donde Sonia Colman (44) estaba trabajando como vendedora ambulante. Uno de los perdigones impactó en su pecha, le atravesó el corazón y la mató en el acto. El año pasado se realizó un acto homenaje en el cementerio de Derqui.

Diego Bonnefoi, Nicolás Carrasco y Sergio Cárdenas, asesinados en Bariloche en 2010. En un comunicado de prensa, la Multisectorial contra la Represión y la Impunidad advierte que "estamos frente a un verdadero plan sistemático de desaparición de personas, el de la franja de los pibes jóvenes y pobres, estigmatizados como pibes chorros". Se pide el desmantelamiento de la BORA (Brigada de Operaciones Rionegrina Antimotines).

Joel Minaberrigaray, joven asesinado el 16/6/10 por la policía marplatense. "Me mataron por correr, corrí porque la policía, esa, que dicen que te da seguridad, a mi me dio miedo. Porque cada vez que en mi barrio paran a un menor les pegan, los maltratan, los insultan y lastiman pero después nos dicen delincuentes a nosotros " Extracto de la carta escrita por la mamá.

Jonathan Lezcano y Ezequiel Blanco, de 17 y 25 años. Con un tiro en la cabeza cada uno aparecieron, dos meses después del día 8 de julio de 2009, día que fueron vistos por última vez en Lugano. Jonathan Lezcano estaba en un pasillo de la villa 20 charlando con Ezequiel Blanco y su primo, cuando de una moto de la comisaría 5º bajaron dos policías. Uno de ellos empezó a sacarle fotos con el celular y el otro le gritó: "Mirá que a vos ya te salvamos una vez, pero la próxima no. Vamos a ser tu sombra". La muerte de los jóvenes se produjo en un supuesto robo automotor con armas a un policía.

Fuente: Prensa de Frente